En lo personal, fui diagnosticado como adulto, lo cual resultó un alivio al finalmente entender lo que sucedía en mi interior. Desde mi infancia, enfrenté dificultades para establecer relaciones de amistad duraderas y me veía afectado por la ansiedad en diversas situaciones. En el ámbito académico, enfrenté problemas sin comprender su origen, hasta que descubrí que se debían a mi particular forma de procesar la información. Mi enfoque minucioso en cada detalle hacía que tardara más en asimilar explicaciones, y cuando lo lograba, los temas avanzaban, lo que me dejaba con la sensación de estar rezagado, y aislado durante el recreo debido a mis dificultades para socializar.

A pesar de esto, desarrollé una habilidad audaz para evitar las tareas tediosas, ingeniosamente encontraba maneras de eludirlas sin consecuencias negativas. En ese momento, la música se convirtió en mi refugio, ofreciéndome un escape y aliviando el estrés y ansiedad acumulados después de la escuela. Paralelamente, descubrí que, aunque algunos deportes me hacían sentir torpe, tenía una fuerza notable en los brazos, lo que me llevó a interesarme en el tenis y destacarme en él al poder enfocarme plenamente y golpear con fuerza.

A lo largo de mi trayecto escolar, mi madre me llevó a múltiples especialistas, como psicólogos, psiquiatras, neurólogos y coaches, con la esperanza de encontrar un diagnóstico certero. Aunque ninguno logró identificar la causa real de mis dificultades, se presentaron diagnósticos erróneos, e incluso se propuso medicación, algo a lo que me opuse firmemente.

Una vez terminada la escuela, tomé la decisión de estudiar Psicología con el firme propósito de desentrañar los motivos detrás de mis desafíos. Durante mi carrera, finalmente obtuve el diagnóstico al saber dónde acudir para buscarlo, lo que marcó un punto de inflexión en mi vida. A partir de entonces, me dediqué a especializarme en el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y, específicamente, en el Síndrome de Asperger. Mi mayor deseo es poder ayudar a la mayor cantidad de personas posible para que no experimenten lo mismo que atravesé en mi camino.

Mi interés en el síndrome de Asperger se basa en mi profundo deseo de comprender y apoyar a las personas con este perfil neurodivergente. Mi motivación proviene tanto de mi experiencia profesional como de mi experiencia personal, ya que fui diagnosticado con Asperger mucho después de múltiples diagnósticos erróneos. Esta experiencia personal me ha brindado una comprensión más profunda de las experiencias y desafíos que enfrentan las personas con este síndrome.

Además de mi dedicación profesional, disfruto de diversos pasatiempos como la música electrónica, los videojuegos y los deportes. Estos intereses personales me permiten mantener un equilibrio en mi vida y seguir enriqueciendo mi perspectiva en el trabajo clínico.

En resumen, soy un psicólogo clínico altamente capacitado, especializado en el tratamiento de pacientes Asperger. A través de mi formación académica, certificación y experiencia personal y clínica, estoy comprometido en brindar un apoyo integral y personalizado a mis pacientes, ayudándoles a alcanzar su máximo potencial y mejorar su calidad de vida.